Las estadísticas indican que la edad más frecuente de que aparezca
bullying es entre los 7 y 14 años. Sin embargo hay conductas que aparecen en
niños más pequeños, pero son difíciles de medir por falta de métodos
específicos.
En Jardín de infantes y Preescolar
En niños más pequeños (sala de 3-4 años) generalmente la agresión
es física y por motivos concretos.
Hay menos estrategia, y si la hay, no siempre se puede sostener en
el tiempo.
Un niño a esa edad puede tener una conducta de hostigamiento por
un motivo un día y al siguiente olvidarse que eso ocurrió si no aparece el
mismo estímulo.
Sin embargo, podría considerarse a estas conductas “probullying”,
que cuando son reforzadas por el entorno o no son interrumpidas por la maestra,
se consolidan como modelo de éxito. Esto es lo que aplicará más adelante cuando
pueda organizar su conducta hasta llegar a una situación real de bullying.
En edades tempranas el bullying más frecuente es el físico directo
(pegar, empujar) y el social directo (no dejarlo jugar).
Las formas indirectas (hacer que los demás no jueguen con él)
necesitan mas planeamiento y ya empiezan a observarse en el preescolar.
En la primaria y secundaria.
Entre los varones el desarrollo físico tiene un rol fundamental y
entre las mujeres las habilidades comunicativas.
En los primeros grados se forman los subgrupos: el líder, los
seguidores, los que no se meten, los que intentan defender, los que sufren el hostigamiento.
A medida que los niños son más grandes y entran en la adolescencia
la sexualidad juega un rol importante entre los pares.
El peor hostigamiento para una mujer adolescente es
que la traten como una chica “rápida y fácil” y para los hombres como que no
saben “levantarse a una chica”.