Algunos autores consideran víctima al hostigado y victimario al
hostigador.
Todos los que participan en el bullying en alguna medida son
afectados por el mismo; es decir que las víctimas son todos los que están
involucrados.
El niño hostigado tiene más riesgo de padecer enfermedades
psíquicas y fisicas tales como depresión, fobia escolar, ansiedad, trastornos
de aprendizaje, cefalea, dolor abdominal, etc.
Pero se observó que el hostigador también puede padecer cuadros de
ansiedad, trastornos de conducta y baja autoestima.
Un niño hostigado puede transformarse en hostigador, y este es el
que tiene peor pronóstico. Hay niños que son buleados en un medio; y en forma reactiva
buleadores en otro ambiente. Esto se da con niños maltratados por sus padres o
hermanos, que en la escuela son hostigadores.
Por otro lado, los espectadores también pueden padecer
cuadros psiquiátricos si lo que ven es muy grave y no tienen posibilidad de
frenarlo.